24 sep.- El fabricante de automóviles sueco Saab Automobile anunció hoy que despedirá a 200 trabajadores, más de un tercio de la plantilla actual, por el retraso en la reanudación de la producción de su fábrica de Trollhättan (Suecia).
El consorcio chino-sueco National Electric Vehicle Sweden (NEVS), dueño de Saab Automobile, señaló que no se ha asegurado la financiación a largo plazo ni el plan de negocios necesarios para poner en marcha de nuevo la fábrica, parada desde mayo pasado.
«Las actuales discusiones sobre colaboración y estructura de la propiedad, que aún no han resultado en un acuerdo vinculante, indican que la decisión de reanudar la producción llevará tiempo», informó NEVS en un comunicado.
Los despidos se harán efectivos este mes para reducir los costes de la compañía de acuerdo con el plan de reestructuración que deberá ser presentado el 8 de octubre en la reunión con los acreedores.
El tribunal de Vänersborg (Suecia) aprobó a finales de agosto la solicitud de NEVS de someterse a un procedimiento de concurso mientras negocia con varios inversores una inyección de capital.
La decisión judicial permite aplazar temporalmente las reclamaciones de los acreedores, que ascienden a unos 400 millones de coronas suecas (44 millones de euros).
Saab Automobile paralizó hace cuatro meses su producción, que había reanudado un año antes, por falta de liquidez debido a los incumplimientos contractuales de un inversor chino.
A pesar de varias inyecciones de capital, la situación empeoró, pero cuando su entonces propietario, la multinacional estadounidense General Motors, estaba decidida a desmantelarla, apareció la firma holandesa Spyker Cars.
Spyker Cars tampoco fue capaz de reflotarla y acabó presentando meses después una declaración de quiebra, que dio inicio a un nuevo proceso judicial que concluyó con la venta de Saab a NEVS.