
Jussi Björling, considerado uno de los mejores tenores de la historia, es recordado por su maravillosa voz, su depurada técnica interpretativa y sus ideas sobre el arte del canto, que lo llevaron a especializarse en un repertorio de obras italianas y francesas.
Johan Jonatan “Jussi” Björling nació el 5 de febrero de 1911 en Borlänge, en la provincia Dalecarlia, en el centro de Suecia.
La Enciclopedia Británica refiere que a la edad de seis años comenzó a cantar bajo la guía de su padre, después, con él y sus dos hermanos, realizó giras por Escandinavia y Estados Unidos, en una agrupación conocida como Cuarteto Vocal Masculino Björling.
De regreso a su país, y ya no 17 años, Björling comenzó sus estudios en la Escuela de la Ópera Real de Estocolmo, bajo la tutela del famoso barítono sueco Johann Forsell; más tarde, dentro de esta institución, realizó su debut operístico en 1930, en el papel de “Don Ottavio”, en el drama jocoso “Don Giovanni”, de Mozart, detalla el sitio “www.jussibjorlingsociety.org”.
Siempre fue fiel a la Casa Real de la Ópera de Estocolmo, donde ofreció más de 600 recitales, llevando los roles principales de piezas como “El Barbero de Sevilla”, “La Traviatta”, “Rigoletto” y “Mignon”, entre otras.
La biografía que difunde “www.jussibjorlingsociety.org” señala que el éxito del cantante aumentó de manera considerable y le permitió ampliar su repertorio con nuevas interpretaciones, entre las que destacaron “Ballo in maschera”, “Faust”, “Bohème” y “Fanciulla del West”, en 1934.
Así como “Cavalleria rusticana”, “Aída” e “Il Trovatore”, el siguiente año, y “Pagliacci” y “Madama Butterfly”, en 1936.
La primera presentación de “Jussi” fuera de Escandinavia sucedió en 1935, cuando apareció como Radames en “Aída”, de Giuseppe Verdi, en la Staatsoper de Viena.
Siguió su debut operístico en Estados Unidos, en 1937, con la interpretación del duque de Mantua de la ópera “Rigoletto”, de Verdi, en Chicago, complementado con su debut en Salzburgo como “Don Ottavio”, en el drama jocoso “Don Giovanni”, de Mozart.
Más tarde, en 1939 se presentó por primera vez en el Covent Garden de Londres, donde interpretó a “Manrico”, de” Il trovatore” al lado de Gina Cinga, según consigna el sitio web “www.allmusic.com”.
En 1940, el tenor sueco hizo su debut operístico en San Francisco, y abrió la temporada de la Ópera Metropolitana, por primera vez, como el “Rey Gustavo III de Suecia”, en “Ballo in maschera”, de Verdi.
En 1947, sobresalió su actuación en el Metropolitan Opera de Nueva York, donde cantó “Romeo et Juliette”, con Bidu Sayao como su “Juliette”, según el sitio “www.diarci.com”.
En 1953 abrió una vez más la temporada del Metropolitano, esta vez con el Fausto, seguido por un período de problemas de la voz causadas por una laringitis.
Dos años después cantó por primera vez en el Teatro Lírico (más tarde Lyric Opera) de Chicago, recinto al que volvería a menudo.
En marzo de 1960 tuvo su última actuación en el Royal Ópera en Estocolmo, con “Il Trovatore”, y más tarde, en el mismo mes, volvió al Covent Garden Ópera en Londres para interpretar “La Bohème”, de Giacomo Puccini.
Su última ópera tuvo lugar en San Francisco, con el conjunto Cosmopolitan Opera el 1 de abril de 1960 (Faust), y su último recital lo presentó en Skansen, Estocolmo, el 20 de agosto.
Ese mismo año realizó la grabación comercial de “Réquiem”, de Verdi, que a la postre se convertiría en su último disco.
Jussi Björling murió el 8 de septiembre de 1960, a los 49 años, producto de una enfermedad cardíaca.
Björling poseía una maravillosa voz y una gran técnica, lo que lo llevó a ser considerado uno de los mejores tenores en la historia.
En alemán cantó esporádicamente algunos “Lieder”, además de la opera wagneriana “Lohengrin”, con Björling en el rol principal, además grabó la Ópera “Carmen” junto a Maria Callas, y realizó un disco de duetos junto a la soprano Elisabeth Schwarzkopf, destaca por su parte el portal “psicojosef.tripod.com”.
Dejó un legado de más de una 30 discos, grabaciones de óperas completas, recitales, compilaciones de arias, duetos junto a sopranos, entre quienes destacan Renata Tebaldi, Zinka Milanov, Hjördis Schymberg y Elisabeth Söderström.
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