El Gobierno sueco financia el programa de prácticas en el extranjero para estudiantes Utlandspraktik. Sesenta alumnos escandinavos trabajan, entre otros municipios, en Castellar
Gracias a ese sistema educativo idílico abundan los programas de prácticas estudiantiles. Tal es el caso delUtlandspraktik, que aterrizó en Andalucía en el 2006 gracias a Víctor Navarro, coordinador, y desde entonces ha venido creciendo de manera exponencial.
Consiste en la formación de alumnos suecos en los departamentos de restaurante, cocina, recepción, mantenimiento y jardinería de varios hoteles de Tugasa o en granjas escuela y «aulas de experiencia». Ellos escogen donde quieren ir y se les intenta asignar un destino acorde a sus preferencias.
Concretamente, los hoteles gaditanos participantes este año han sido el de Medina, Olvera, Castellar, Vejer, Algar, El Bosque, Setenil y Villaluenga. Los jóvenes trabajan 6 horas al día, cinco días a la semana y tienen dos de descanso.
Se sigue el mismo patrón de trabajo en las granjas escuelas y «aulas de la experiencia». En las granjas, la inmersión lingüística y cultural es total, trabajan con niños pequeños por lo que es necesario que hablen en español todo el tiempo; en las aulas, las actividades son muy variadas, Se hacen desde travesías en barcos de vela a cursos de astronomía.
Durante los dos días de descanso se programan diferentes visitas a otros pueblos cercanos y a Cádiz capital para aprovechar al máximo las cuatro semanas que dura la estancia. Hay mucho interés en participar en el proyecto tanto por parte de institutos escandinavos como por parte de hoteles de la provincia.
La iniciativa está financiada al 100% por las escuelas suecas e incluso dan dinero a los alumnos para sus gastos. En Suecia se cree en la equidad por encima de la igualdad y el trato a cada estudiante es personalizado atendiendo a sus necesidades económicas y personales. Por ejemplo, la cantidad de dinero de bolsillo entegado es diferente según la cantidad de recursos de los que disponga cada familia.De esta forma, nadie queda excluido por motivos económicos.
Aunque en los países escandinavos el español parece estar de moda, el choque cultural es fuerte y los estudiantes tienen que aprender a cuidarse y convivir en una cultura muy diferente a la suya. Descubren una unas costumbres distintas y se adaptan a la perfección. El porcentaje de alumnos que no termina el programa es del 1%.
A la hora de escoger a los jóvenes que participan en la iniciativa, el coordinador lo tiene muy claro: «han de ser buenos estudiantes, responsables y tener ganas de aprender». Cuando se les pregunta por qué han decidio unirse al utlandspraktik todos coinciden en que lo hacen para mejorar su español.
Ya en enero, comienza la búsqueda de hoteles y establecimientos adecuados y en marzo, Vícto Navarro se encarga de viajar por diferentes ciudades suecas para conocer a los chicos y proceder tras ellos a la selección de aquellos que vendrán en verano.
Esta iniciativa no sólo supone un beneficio para los suecos, si no también para la provincia misma. Se trata de una forma indirecta de promover Cádiz e internacionalizar a los pueblos y hoteles donde se alojan, lugares que normalmente no están acostumbrados al turismo extranjero.
Los estudiantes provienen de muchas ciudades diferentes y lógicamente hablan a su familia y amigos de la experiencia. Se han dado casos de alumnos que han participado porque su hermano o amigo había participado en años anteriores. También familias que tras la experiencia de su hijo o hija, han ido a veranear al mismo pueblo donde éstos trabajaron.
Esas visitas traen consigo una importante inyección en la economía local y en ningún caso se reemplaza a nadie de la plantilla durante el periodo de prácticas. Cuando llegan, los jóvenes se convierten automáticamente en uno más del pueblo, los habitantes los tratan con cariño y aprenden también de la cultura sueca, una cultura con mucho que enseñar.

